Cuando se bucea, igual que cuando se pasea por el campo, si eres observador comienzas a distinguir pequeños detalles que para el no iniciado pasan desapercibidos. Por ejemplo, la gorgonia de la imagen, Leptogorgia lusitanica, es una especie relativamente usual en el fondo marino, se alimenta de la materia orgánica que se mueve en suspensión aprovechando las corrientes marinas.
Ahora bien, es interesante pararse en ella y observarla un rato. Con suerte podremos distinguir un pequeño caracolillo que vive en ella.
Neosimnia spelta tiene una concha que se asemeja a los pólipos de la gorgonia sobre la que vive y de los que se alimenta, aunque creo que no tanto como para que peligre la vida de la gorgonia.
Un poquito más cerca.
Se puede apreciar la parte blanda del caracol.
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Por otro lado en las gorgonias no sólo nos podemos encontrar estos caracolillos. Otros animales tambien las utilizan como perchas para colgar aquellas cosas que nos están dispuestas a llevar encima. Por ejemplo en la siguiente imagen se percibe una sustancia adherida a los pólipos de la otra gorgonia.
Esta sustancia es una puesta de huevos de otra especie, seguramente de
Flavelina affinis , con la que comparte ese color violáceo.
Detalle de la puesta.
Como recompensa, tras dos inmersiones de mas de sesenta minutos cada una, nos encontramos con un pez luna, Mola mola, que llevaba prisa.
Si uno está atento, no sólo disfruta de los bichos del mar, sino que también en tierra puedes observar otros, como esta ardilla, que descansaba en un árbol, muy cerca de la puerta de entrada del Hotel.
Ahora bien, es interesante pararse en ella y observarla un rato. Con suerte podremos distinguir un pequeño caracolillo que vive en ella. Neosimnia spelta tiene una concha que se asemeja a los pólipos de la gorgonia sobre la que vive y de los que se alimenta, aunque creo que no tanto como para que peligre la vida de la gorgonia.
Un poquito más cerca.
Se puede apreciar la parte blanda del caracol.
Esta sustancia es una puesta de huevos de otra especie, seguramente de Flavelina affinis , con la que comparte ese color violáceo.
Detalle de la puesta.
El picuro rojo es la plaga más preocupante actualmente en las palmeras de España.
La larva penetra por el capitel directamente al tronco, labrando galerías de hasta un metro de longitud. Las hojas amarillean, se marchitan, en pocas semanas la totalidad de la corona de la palmera se ve afectada originando la muerte de la planta.
Aunque siempre quedan remedios "caseros".
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